Zaragoza ambienta
Zaragoza queda en el corazón como la piedra que se hunde en el estanque cristalino, permanecerá allí en el fondo, en su sitio, bien a la vista, susceptible de ser prendida en cualquier momento. Las risas acompañan las imágenes, la insuperable Ley de Babi plagada de despistes imposibles, las verdades que de sus artículos se desprenden y la vida que rezuma por entre sus códigos, magistral abogada de los buenos momentos, implacable defensora en los menos buenos, grande por todos sus costados y aún mayor en sus pequeños detalles. Compartimos sentencias y libertades, compartimos que es lo importante, aunque sea un ron con cola, juntas nos sabe distinto. Me descubrió otro cachito de su mundo, allí en las orillas del Ebro, buena gente, buen ambiente, calles con aventuras e historias, historias de aventuras por esas calles. Geología, Historia, Sociología, Política y vida en general, conocí hasta un caballero de escayola que escribía con mano izquierda y hablaba con los ojos.
Miro la piedra en el fondo del estanque, mañana será la misma, pero mi mirada la hará otra, la que no variará es mi sonrisa al contemplarla. Gracias a todos los que construisteis este recuerdo, a mi compañera de fatigas y a su confidente Cicerón.